A veces uno toma la determinación de no callarse más. De decir todo lo que se le pasa por la cabeza, sin filtrar, sin dar importancia a lo que los demás puedan llegar a sentir por las palabras de uno. Me refiero a palabras hirientes, de desdén, de descarga negativa.
No me sale.
Intento hacerlo, evitar que la mierda se me acumule adentro y que caiga quien tenga que caer. Por lo visto mi lado reprimido puede más y al final siempre me termino sintiendo como una reverenda pelotuda que protege a todo el mundo, menos a mí.
Tengo tantas ganas de mandar a la mierda a tanta, pero tanta gente...
26.2.08
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1 comentario:
Ah pero no se podia???
como no me avisan antes?
ahora entiendo algunas reacciones ajenas.
Hacelo nena, no viene mal de vez en cuando. Rompe cosas putea peleate grita. Es una especie de CIF para el alma... limpia todo.
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